¿Cómo harás para escribir sin saber leer?
Estaba navegando por la red cuando por casualidad entré en El coso bipolar. Un dedo inquieto pulsó el botón equivocado para encontrar tus desafortunadas palabras, Coso. Aún así agradezco que no desvelaras mi identidad y sí la tuya. Vuelve a leer mi anterior entrada y dime dónde digo que Juan Luis Rovira eres tú. Y aunque lo seas, también pactamos que podíamos hablar el uno del otro tantas veces como queramos y sin tener que ser fieles a la verdad. Y aunque la sangre saliendo por mi garganta me pide una venganza como la tuya, te perdono por ahora, no olvido tus palabras, simplemente te observo allá arriba, sobre aquella biblioteca en la que te descubrí por primera vez, durante una clase. Y creo que ya es hora de bajar. Es hora de volver a hablar y ser como el resto de los mortales, como eres, como somos.
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