Nunca he visto el río Guadiana de cerca, lo he observado y seguido con el dedo en un mapa desde su nacimiento en los Ojos del Guadiana hasta el Océano Atlántico, como haciéndole cosquillas cuando se convierte en frontera natural con mis hermanos lusos. Desconozco si tiene alguna cascada, pero sí sé que aparece y desaparece como mi amigo Cataratas.
Ayer le ví otra vez y, como siempre, me veo en la obligación de hablar de él. Nos encontramos por casualidad en La Latina, cruzando por debajo del Viaducto, y nos fuimos a mojar la galleta de la filosofía barata en jugo de cebada. Divagamos demasiado sobre lo humano y dejamos lo divino a un lado, con los mohinos cacahuetes que nos sirvió el camarero. Que si se ven muchas banderas nacionales en los balcones desde el Mundial, que si el cierre aquél de Egunkaria, que si el juez, que si la nueva tregua de ETA, que si todos los políticos son tal, que si el portugués es un chulo y el catalán no le dió la mano con razón, que si don Andrés es dios, que si la crisis, que si qué crisis, que si somos burros, torpes, y estamos apollardados, que si los jóvenes nos merecemos lo que nos pasa por no gritar, que si hay que gritar pero con sentido, que si nos faltan contenidos, que si ahora resulta, después de todo, que me gusta el Hip-Hop.
Pero lo que más me llamó la atención fue que me dijese que creía que tenía miedo La verdad, Boa, que últimamente ando pelín acojonao ¿Has visto lo que está pasando? ¿No me digas que no es para asustarse, tronco? El fantasma del fascismo vuelve a sobrevolar Europa. Parecía que estábamos consiguiendo matar al perro pero la rabia sigue latente, y está brotando con fuerza en lugares donde nunca hubo atisbo de ella. Ya llegó a Austria hace años, el putero presidente italiano empezó a expulsar rumanos hace unos años y ahora es el presidente extranjero de Francia el que hace lo mismo ¿y qué me dices de los veinte escaños que han conseguido en la progresista Suecia? Aquí al menos se esconden detrás del ultracentrismo, aunque no todos llevan el mismo collar. Pero lo que más miedo me da es que todos se ocultan bajo las siglas de la Libertad y la Democracia, cuando precisamente contra eso es contra lo que atentan. Engañan al pueblo ignorante y se aprovechan de esta puta crisis para sembrar el odio a lo desconocido, a los extranjeros, entre las clases más humildes. Lamentable.
Es una vergüenza, tío Le dije ¡Qué pronto hemos olvidado los españoles que hace treinta años éramos aún un país pobre, que hemos sido despreciados en Europa durante años, que nos consideraban sucios, incultos, portadores de enfermedades erradicadas, mientras les estábamos ayudando a construir este jodido continente.
Al menos ellos nos ayudaron a nosotros a crecer económicamente. Ni a tí ni a mí, de acuerdo, aquí siempre se ayuda al que ya tiene Me interrumpió pero a lo que voy es que nos vamos todos a la mierda. Que a veces yo me voy al Parque de París a esperar a algún diputado y abrirle la cabeza, como hizo el hermano de tu abuelo. Sé que así no voy a arreglar nada, sé que no podemos esperar a un mesías capaz de ponernos a las nuevas generaciones progresistas de acuerdo, alguien que quiera y pueda luchar de verdad por los intereses de todos los hombres, lo sé, pero la rabia es profundamente infecciosa y yo la empiezo a salivar.
No sé, anoche me dió por pensar, quizá sea Cataratas el que tenga que buscar a ese mesías menos pasional, más práctico y educado, ese mesías al que todavía no le hayan contagiado esa rabia. No sé, sólo me dió por pensar.
Ayer le ví otra vez y, como siempre, me veo en la obligación de hablar de él. Nos encontramos por casualidad en La Latina, cruzando por debajo del Viaducto, y nos fuimos a mojar la galleta de la filosofía barata en jugo de cebada. Divagamos demasiado sobre lo humano y dejamos lo divino a un lado, con los mohinos cacahuetes que nos sirvió el camarero. Que si se ven muchas banderas nacionales en los balcones desde el Mundial, que si el cierre aquél de Egunkaria, que si el juez, que si la nueva tregua de ETA, que si todos los políticos son tal, que si el portugués es un chulo y el catalán no le dió la mano con razón, que si don Andrés es dios, que si la crisis, que si qué crisis, que si somos burros, torpes, y estamos apollardados, que si los jóvenes nos merecemos lo que nos pasa por no gritar, que si hay que gritar pero con sentido, que si nos faltan contenidos, que si ahora resulta, después de todo, que me gusta el Hip-Hop.
Pero lo que más me llamó la atención fue que me dijese que creía que tenía miedo La verdad, Boa, que últimamente ando pelín acojonao ¿Has visto lo que está pasando? ¿No me digas que no es para asustarse, tronco? El fantasma del fascismo vuelve a sobrevolar Europa. Parecía que estábamos consiguiendo matar al perro pero la rabia sigue latente, y está brotando con fuerza en lugares donde nunca hubo atisbo de ella. Ya llegó a Austria hace años, el putero presidente italiano empezó a expulsar rumanos hace unos años y ahora es el presidente extranjero de Francia el que hace lo mismo ¿y qué me dices de los veinte escaños que han conseguido en la progresista Suecia? Aquí al menos se esconden detrás del ultracentrismo, aunque no todos llevan el mismo collar. Pero lo que más miedo me da es que todos se ocultan bajo las siglas de la Libertad y la Democracia, cuando precisamente contra eso es contra lo que atentan. Engañan al pueblo ignorante y se aprovechan de esta puta crisis para sembrar el odio a lo desconocido, a los extranjeros, entre las clases más humildes. Lamentable.
Es una vergüenza, tío Le dije ¡Qué pronto hemos olvidado los españoles que hace treinta años éramos aún un país pobre, que hemos sido despreciados en Europa durante años, que nos consideraban sucios, incultos, portadores de enfermedades erradicadas, mientras les estábamos ayudando a construir este jodido continente.
Al menos ellos nos ayudaron a nosotros a crecer económicamente. Ni a tí ni a mí, de acuerdo, aquí siempre se ayuda al que ya tiene Me interrumpió pero a lo que voy es que nos vamos todos a la mierda. Que a veces yo me voy al Parque de París a esperar a algún diputado y abrirle la cabeza, como hizo el hermano de tu abuelo. Sé que así no voy a arreglar nada, sé que no podemos esperar a un mesías capaz de ponernos a las nuevas generaciones progresistas de acuerdo, alguien que quiera y pueda luchar de verdad por los intereses de todos los hombres, lo sé, pero la rabia es profundamente infecciosa y yo la empiezo a salivar.
No sé, anoche me dió por pensar, quizá sea Cataratas el que tenga que buscar a ese mesías menos pasional, más práctico y educado, ese mesías al que todavía no le hayan contagiado esa rabia. No sé, sólo me dió por pensar.
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