Ayer, en realidad fue el diecisiete de mayo, me encontré a mi amigo Cataratas en la Puerta del Sol gritando todo tipo de improperios justificadísimos contra el sistema. El punki, que lleva diez años sin leer un periódico, ha sido capaz de entender por qué la juventud ha salido a la calle. Él mismo me decía ¡Cómo no puede, esa gente leída, ver lo necesario de unos mínimos cambios. Cómo no pueden ver que el sistema ha fracasado y que hay que transformarlo!
Sin embargo, su actitud no era la actitud festiva que suele tener en este tipo de saraos. Hay algo que no te convence ¿verdad? Pregunté. Pues sí, Boa, me faltan fundamentos. Esta no es mi revolución, no es la revolución que necesitamos, no es por la que tanto luché, lucho y lucharé, no hundiremos al capitalismo con una acampada comenzó ¡Hombre! Algo es algo Interrumpí ¡Por supuesto! Por eso estoy aquí, aunque pienso que los discursos de estos tipos están vacíos, que no han tenido la formación política necesaria para llevar a cabo la revolución. Su posición es legítima, y yo voy a participar, me adheriré a cualquier decisión que tomen sus asambleas. ¿Sabes por qué? Porque estos son de verdad el pueblo, apolítico, guerrero y festivo. En fin, tú... que me voy a ver a los de xxxxx, luego te veo por aquí, o mañana, o pasado, porque esto va para largo. Y desapareció entre la gente.
A los diez minutos volvió y me dijo No te importará escribir lo que te he dicho en el coso bipolar. Por supuesto que no contesté.
Ayer, y esta vez ayer sí fue ayer, le volví a ver pero trataré de contaros mañana que fue lo que me dijo. Ahora no tengo tiempo. Me voy a Sol.
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