Si hay alguien que me lea (nos lea) y que no sea amigo de el coso o de un servidor se habrá dado cuenta ya de la poca palabra que tengo. Dice mi psicoanalista que es debido a que me autoimpongo una serie de deberes que yo mismo sé de antemano que no soy capaz de cumplir. Trataré hoy de cumplir, sin atender a recursos estilísticos, la promesa que hice en la anterior entrada.
Parafraseando a Fray Luis de León diré que decíamos ayer que el punki sin cresta, en el alborozo y la algazara de las concentraciones en la Puerta del Sol, me pedía que contase en este humildísimo y bipolar blog sus disertaciones, siempre y cuando estas fuesen recibidas de primera mano y cara a cara.
El miércoles 18 me volví a encontrar a Cataratas con su uniforme de gala, pantalón de cuadros y una camiseta sin mangas. Para picarle le comenté que todo era una chapuza y que había mucha fiesta y poca política. Más o menos eso era lo que me había dicho el día anterior. ¡Vamos, no jodas! me dijo Se trata de una fiesta democrática, del derecho del pueblo soberano a pedir más libertades sociales, más participación ciudadana, mayor protagonismo del pueblo en los obsoletos engranajes democráticos españoles. A estos me inquirió señalando a un pureta y a los medios se les llena la boca diciendo lo ejemplar que fue la Transición. ¡Una mierda ejemplar! Un pan como unas hostias es lo que hicieron. Una chapuza que nos han colado por el aro y nos hemos callado, hemos estado apollardados treinta años... Está claro que estamos mejor ahora que con el dictador, pero no estamos bien. No, no lo estamos. Si te soy sincero, Boa, yo vengo por inercia, estoy asistiendo a las asambleas, a todos los grupitos que se están formando pero... no sé si hay alguien detrás, y si alguien no sé quién es.
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