jueves, 17 de diciembre de 2009

Si me ves sonreir tírame piedras.

Si me ves sonreir tírame piedras. Si me ves llorar dame la mano.
No estoy loco, aunque quisiera que me encerrárais en un tarro de mermelada de grosellas,
con pepitas silvestres y un cordón umbilical atenazándome el cogote (y el alma).

Y mi hermano canta los himnos que queríamos olvidar de niños
rezan los jipis en la plazuela.

Si me ves es porque estoy aquí delante. El primero.
Soy el tipo al que hay que disparar y, sin embargo, nadie lo hace.

Si te vas a dormir déjame un rato, con el bote de barbitúricos escupiéndose a sí mismo.

Yo me pierdo en mi ombligo y doy mil vueltas. No me invento, estoy ahí.
Soy el primero, al que hay que disparar.

Soy el primero, el que se borra.
No estoy.

Y mi hermano reza las leyes que quisimos quebrar
cantan los jipis.

Soy el que yerra,
el que te espera.
El que aguanta sin estar y no se nota.
El que se deja ver sólo por tí.

Si me ves sonreir tírame piedras,
trata de romperme los cristales.
No estoy,
alguien me habrá borrado de su vida

acaso vos me ves?
inquiero.

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