martes, 7 de junio de 2011

Cataratas y el quince eme IV

Por un lado está la falta de tiempo, por mucho que seamos dos el día mide 24 horas, no hay más. Por otro lado está la falta de ganas: las ganas de sentarse a escribir, las ganas de acercarse a Sol todos los días, las ganas de achicharrarse bajo el sol de Sol y con razón me dicen que no estoy lo suficientemente comprometido con las causas que predico. Y, por último, está el tercer cateto de este triángulo equilátero: Cataratas empezaba a repetirse cada día que le veía por el kilómetro cero.

Este parlamento que sigue es, básicamente, lo que piensa Cataratas. Con él quiero poner fin a esto. Sol me desborda, lo apoyo, lo sigo con ilusión e, incluso, participo. Pero es una ola que no se puede frenar y a la que yo no puedo dar voz desde aquí. Sobre todo porque esto es una ficción, como todo lo que vertimos, el coso y un servidor, en esta palangana trespuntocero.

Entonces, Cataratas dice que Todo esto es tan ilusionante que, en ocasiones se me cae alguna lágrima al vernos en televisión, al ver a los compas de Barcelona, al ver todas las acampadas en las plazas españolas, europeas y latinoamericanas... pero también me yerve la sangre al ver cómo los políticos responsables de esto están tenientes, al ver que los banqueros miran para otro lado y mantienen su impunidad, al ver que los señores de bien miraron y miran con buenos ojos las revueltas en la otra orilla del Mediterráneo y no le dan importancia a lo que está pasando en su propio país. Porque, no nos engañemos, el país pertenece a estos señores encorbatados y ciegos, y no al pueblo... pero eso va a cambiar, está cambiando. Ya sabes, Boa, que si por mi fuera el movimiento estaría más cargado de ideales políticos... poco a poco esto va tomando forma, no lo voy a negar, pero si por mi fuera... Si por mi fuera estaría pidiendo la abolición de la monarquía, no me gusta que pidamos el fin de los privilegios de banqueros y políticos y no el de un rey que puso un señor bajito con bigote y mala leche. Un señor descaradamente afeminado y monotesticular que se vanagloriaba de su hombría y de salvar a España. Pues mira tú como al final es el pueblo el que tiene que salvarse a sí mismo.

Y esto es precisamente uno de los puntos del movimiento que no me gustan: su españolismo. Es cierto que el movimiento se propaga allende las fronteras del estado pero en su inicio, quizá por modestia, no estaba previsto iluminar al mundo como se está haciendo. Intuyo que el internacionalismo que está adquiriendo tiene más que ver con iniciativas propias de españolitos indignados que viven en el extranjero, y no creen que sea posible volver a su país de origen, y la adhesión improvisada y eventual de indignados nacionales. Y entonces le interrumpo ¿Insinúas que aquí el movimiento ha estado orquestado por alguien en la sombra? Y me contesta casi antes de que termine de expresarle mi duda Para nada, si todo esto hubiese sido promovido por alguien o algo no habría tenido el éxito que está teniendo. Por cierto, gran parte de ese éxito tiene que ver con que no es una revolución. Se trata de tomar medidas revisionistas. Y ese es el otro punto que no me gusta del movimiento, aquí lo que hace falta es una revolución, no hablo de tomar el Palacio de Invierno con la fuerza, hablo de tomarlo con la razón.

Y se hace un momento de silencio, Cataratas se seca la frente de sudor con un pañuelo que le presta su chica, una jóven que ha conocido gracias a todo esto, y de la que me dice en susurros que puede llegar a enamorarse.

Por supuesto que hay cosas de esto que sí me gustan, estamos demostrando que no hace falta la violencia para hacernos escuchar. Estamos demostrando que sólo estábamos dormidos. Estamos trabajando para terminar de una vez por todas con la Transición que dejaron a medias nuestros mayores. Probablemente nuestros hijos tendrán que terminar nuestro trabajo, pero nosotros tenemos que avanzar todo lo que podamos. Sin embargo... como te decía, Boa, falta mucho trabajo por hacer. Se oyen cosas muy raras dentro y fuera de Sol, gran parte de la sociedad está en contra de Sol, y eso es estar en contra de la sociedad misma, es estar a favor de mantener el orden establecido. Se oyen voces extrañas hablar de asuntos que no han pensado antes, se nota que no hay gran recapacitación en muchos de los argumentos de los tertulianos, ya sean de televisión, de salón, o de tasca. Pero también se oyen argumentos vacíos dentro de las asambleas, gentes que buscan el aplauso, ese minutito en el que sentirse un Fidel con el poder de la oratoria, materia que jamás estudiaron, por cierto.

Es uno de los grandes problemas de este país, de esta sociedad parcialmente enferma: No hay formación política. Te lo diré de otro modo: a tí te gusta la música asiento te gustan muchos estilos musicales, te gusta el rock and roll, el hip hop, el blues, el jazz, el flamenco, la bossa nova, el reggea, no sé, te gustan muchos estilos diferentes pero... ¿te consideras un experto en todas ellas? ¡Por supuesto que no! contesto ¿te consideras experto en alguna de ellas? ¡No! vuelvo a contestar. Pero te gusta la música, realmente disfrutas de escuchar música y es posible que no concibas el día a día sin oir al menos una canción. Se calla un momento, vuelve a limpiarse la frente y aprovecho Entiendo lo que dices. Creo que sé a dónde quieres llegar. ¿Tocas algún instrumento? me pregunta ¿Sabes solfeo? niego con la cabeza ¿Entonces, por qué hablas de música como si fueras una personalidad en la materia? No, no lo hago vuelvo a negar. ¡Exacto! grita excitado No lo haces, y sin embargo si hablamos de política nos enervamos todos y defendemos posturas indefendibles que no mantendríamos si tuviéramos una formación política adecuada. Este es el mayor problema de este país: la educación aborregante, y estamos aquí dando pasos para solucionarlo.

Sin embargo, y con todo esto, Cataratas dice que no se va a bajar de este burro, ha hecho un duro ejercicio de consenso consigo mismo, y está encantado de sentarse al lado de compañeros que no piensan lo mismo que él, demostrando la madurez y el compromiso social del movimiento. Y cuando se decida en asamblea abandonar Sol, apoyará al movimiento en los barrios porque, según dice, es la continuidad lógica del movimiento. Y yo estoy de acuerdo.

Salud, compas!

P.D.: Pese a las reminiscencias franquistas que nos trae el dichoso nombre, el movimiento vencerá, porque este es un movimiento real y popular, no como aquél. Termina diciendo el punki.

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